"Entra, juega y divierte a tu gente"
Los breves minutos del "Chanfle" en un terreno de juego bastaron para el fútbol espectáculo, para ser el distinto, el diferente.
Daniel Brown Mansilla
"... Cuando más cerca estaba América del gol ante el Atlético Español, Valentino, el delantero estrella de las "Águilas" cae lesionado producto de una falta fuerte de un jugador rival.
Moncho Reyes, entrenador del equipo de Coapa, luce desesperado porque se le lesionó su mejor jugador, aquel que estaba a punto de ser contratado por el Real Madrid. Pero tenía un as bajo la manga, un jugador en la banca que podría hacer las cosas incluso mejor que su afamado delantero. Su nombre era Chanfle Segundo y llevaba la dorsal 14 en la espalda.
El Estadio Azteca se pone de pie y se entusiasma con el ingreso del jugador que lucía un sombrero marrón en la cabeza, inconfundible pero característico elemento en este habilidoso atacante y lo primero que hace es enamorar a la afición con jugadas mágicas, esas que solamente refuerzan la química de amor entre jugador y afición basados en un solo escudo en la camiseta.
El Chanfle hace lo que quiere y mete los goles que quiere al estilo que quiere. De cabeza, de taquito, en medio de la presión de defensas que no pueden quitarle la pelota. El 14 del América rompe con todas las reglas que pueden existir en el fútbol bonito y convierte este deporte en la mejor excusa para divertirse, para hacer parar a la afición de sus asientos y verlos rendidos ante la magia y el trato amoroso que le da un futbolista a la pelota, ese trato que pocos le dan en la actualidad hoy en día.
El Chanfle anotó más de 20 goles en ese partido, una cifra récord y que nadie podría igualar. Ese jugador no jugaba para ganar un Balón de Oro, no jugaba para ganar jugosos contratos publicitarios ni para vivir un duelo personal con otro jugador, mucho menos para combinar el fútbol con la vida bohemia. Vívia el fútbol como el sueño de niño, como una diversión, como una forma para escapar de todo y refugiarse en la pelota como su gran cómplice.
En la siguiente jugada, Chanfle Segundo falló en la definición. No le atinó al balón sino al Moncho Reyes. El utilero de 40 años despertó de ese breve sueño en el coloso de Santa Ursula e ingresó junto al Doctor Nájera al campo de juego para atender a Valentino, el crack de cracks del América..."
Gracias por todo Chespirito, más allá del Chavo, del Chapulín y demás, "El Chanfle" es mi favorito.