Me había quedado en el River de Ramón Díaz campeón de la Libertadores en 1996 y nada más. Y es que desde ese momento, el equipo "Millonario" contó con buenos planteles (como el que dirigió Manuel Pellegrini), pero también nadó por tiempos irregulares que lo llevaron incluso a perder la categoría y jugar en la Primera B Nacional, de donde regresó hace un par de años.

Año 2014 y estamos hablando de otra etapa en el "Millo". Ante Estudiantes de la Plata (Copa Sudamericana) acumuló 29 partidos sin conocer la derrota y está a solo un partido de igualar su récord histórico (que data de la década del 30). Está a tiro de ganar el título de Primera División y la Copa Sudamericana, aquella que le fue esquiva en el 2003 ante Cienciano y donde Gallardo estuvo presente como jugador.

Desde hace ya varias temporadas, el fútbol argentino ha ido rondando en la mezquindad; la última prueba de eso fue que San Lorenzo fue campeón del Torneo Inicial 2013 con apenas 33 puntos en 19 partidos disputados.

Ahora quizás estamos ante un equipo que supere en demasía esa cifra porque en las primeras 13 jornadas del actual torneo, River ha llegado a los 31 puntos en una de las mejores campañas que se vienen realizando en torneos cortos en la Argentina y esa superioridad no solo se transmite en cifras, sino también en el juego pues el equipo de Gallardo termina siendo muy superior a sus rivales de turno.

El efecto Gallardo

Cuando renunció Ramón Angel Díaz a River (quizás el técnico más exitoso de su historia) una nube de incredulidad se instaló en Núñez. Era necesario buscar un reemplazo que tenga a River en la piel y que sepa lo que es el ambiente del club riverplatense. El primer nombre fue el de Marcelo Daniel Gallardo, quien como DT ya había salido campeón con Nacional de Uruguay.

Mérito en toda esta negociación la tiene Enzo Francescoli en su función como manager deportivo. “El hallazgo de Gallardo es un éxito de Enzo Francescoli. Fue quien nos transmitió y nos planteó cuáles eran sus cualidades, y lo que él veía que podía ocurrir”, dijo Rodolfo D'Onofrio, presidente de River Plate.

Y sencillamente el trabajo de Gallardo es notable porque supo sobreponerse (a principio de temporada) a la pérdida de cuatro jugadores claves como Cristian Ledesma, Manuel Lanzini y el colombiano Carlos Carbonero, a quienes se suma la lesión del goleador y capitán Fernando Cavenaghi. Se apostó por Kranevitter en la volante, el uruguayo Carlos Sánchez en menor nivel y Rodrigo Mora, quien volvió al club tras un paso opaco por la Universidad de Chile. Estos dos últimos habían sido dejados de lado por Ramón Díaz en el éxito del Torneo Final 2014. 

Este River de Gallardo puede opacar otras versiones exitosas del equipo "Millonario". No tendrá nombres tan poderosos pero en el terreno de juego es efectivo y regala un fútbol ligero a su afición, candente para los románticos del fútbol y prodigioso para quienes ven y analizan fútbol. Y es que esto recién empieza y lógico, este equipo del Muñeco aún tiene mucho techo.